En la actualidad muchos centros educativos estan siendo investigados por el aumento de casos de acoso escolar o bullying. Entendemos por acoso escolar cualquier forma de maltrato psicológico, físico o verbal producido entre escolares de forma reiterada en un largo periodo de tiempo.
Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es la emocional y se da mayoritariamente en el aula y el patio de los centros escolares. Este tipo de violencia escolar se caracteriza por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente al sujeto maltratador, generando como consecuencia una serie de secuelas psicológicas, pudiendo llegar en casos extremos al suicidio.
Un modelo riguroso de prevención del acoso escolar debe incluir la evaluación periódica de ese tipo de violencia psicológica y social que pasa desapercibida al mundo de los adultos, pero que hiere intensa y prolongadamente a sus víctimas y puede derivar responsabilidad civil y penal de directores y centros educativos.
La violencia debe ser estudiada en todos los sectores de la vida social, pero sobre todo desde el hogar, ya que los padres son los encargados de la inculcación de hábitos que posteriormente se verán reforzados en manos de la escuela. Ambos, padres y educadores, tendrán que trabajar juntos en la formación del estudiante reforzando su buena conducta. No olvidemos que los niños toman ejemplo de los padres, y por ello, es urgente erradicar la violencia psicológica y social en sus primeras manifestaciones.
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